No sirven si no son empujados.
Algunos son como las canoas:
Para moverse, necesitan remos.
Algunos son como los papalotes:
Si no se mantienen amarrados, se los lleva el viento.
Otros son como las pelotas de futbol:
No se sabe en qué dirección van a rebotar.
Algunos son como los globos:
llenos de aire y listos a explotar.
Algunos como los carros de remolque:
Necesitan ser jalados.
Otros como las luces de neón:
Se encienden y se apagan.
Y me gustaría añadir:
Algunos son como un buen reloj;
de cara franca, oro puro,
siempre funcionando;
puntuales y confiables.
Samuel Vila / Enciclopedia de Anécdotas e Ilustraciones, vol.2, pg.287
