Por el pastor Francisco Arias.
-Yo también quiero ser Pastor- me dijo un joven inconverso a quien evangelizaba en la vía pública.
-He tenido dificultad para encontrar un buen empleo- Me dijo;-Y pienso que ser pastor sería una buena opción-
Por supuesto que este joven inconverso no tenía ni la menor idea de lo que implica ser Pastor, o cómo se llega a ser Pastor.
El deseo de este joven inconverso refleja una tendencia de pensamiento que existe sobre el Pastorado, fuera y lamentablemente aún dentro de la iglesia.
Ultimamente se considera el Pastorado como algo muy jugoso; y en efecto, para muchos Pastores lo es.
Es por ello que el panadero, el mecánico, el músico y el cantante, cuando las cosas no les salen bien en su oficio o "Ministerio" miran el Pastorado como una excelente opción.
Afortunadamente la Biblia tiene algo que decirnos al respecto; por ejemplo en Colosenses 4:17 se nos dice que los Ministerios se reciben de Dios:
"...Mira que cumplas el ministerio que recibiste en el Señor"
Luego en I de Corintios 12:5 se nos indica que hay diversidad de Ministerios:
"Y hay diversidad de ministerios, pero el Señor es el mismo"
vemos también que Efesios 4:11 declara que Dios constituyó a los hombres con diferentes Ministerios:
"Y él mismo constituyó a unos, apóstoles; a otros, profetas; a otros, evangelistas; a otros, pastores y maestros"
Después de considerar lo que dice la Biblia sobre este asunto del Pastorado, surge la pregunta del millón:
Porqué tanta obsesión en estos días por el Ministerio del Pastor?
Sin duda que el Pastorado es uno de los Ministerios más honorables en la obra de Dios, pero implica muchísima responsabilidad ante Dios y ante los hombres.
Desafortunadamente no todos miramos este humilde Ministerio como una oportunidad dada por Dios para servir a los demás, sino como una manera de obtener un mejor estilo de vida; como dijo el apóstol Pedro; como una fuente de ganancia:
"Apacentad la grey de Dios que está entre vosotros, cuidando de ella, no por fuerza, sino voluntariamente; no por ganancia deshonesta, sino con ánimo pronto" I Pedro 5:2
Qué triste cuando alguien se lanza al Pastorado sin buscar realmente la dirección de Dios!... A veces lo hacen por competencia, por falta de sumisión, por avaricia; o porque desea ser el mandamás.
Independientemente de que los motivos sean buenos o malos por esta obsesión al Pastorado, de una cosa estoy seguro: No todos podemos ser Pastores, no todos podemos ser cabezas.
En la obra de Dios se necesitan primeros y segundos, líderes y ayudantes, al estilo de Dios; un Moisés y un Caleb.
Dios les bendiga!
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