Hace algún tiempo leí esto:
Un sábado por la noche el pastor de una iglesia estaba preparando su sermón para el domingo por la mañana. El cansancio lo rindió y se quedó dormido. Soñó que estaba ya ante su auditorio predicando en el templo.
Cuando había leído la cita que le iba a servir de base para el sermón, notó que había entrado una persona nueva; su rostro revelaba cierta tristeza; sus ojos eran de una mirada dulce, pero al mismo tiempo muy penetrante.
El auditorio estaba lleno, y el desconocido no encontraba asiento y nadie se movió a ofrecerle un lugar; al fin encontró un rinconcito y se sentó a oir la predicación; el predicador no pudo separar su vista de aquel oyente. Cuando terminó el culto se bajó prestamente del púlpito para ir a saludar al visitante; pero no lo alcanzó.
Preguntando si alguien lo conocía, una voz le dijo:
"Fue Cristo quien asistió a la iglesia"
En esto, despertó muy impresionado y se preguntó a sí mismo: si Cristo viniera en persona a mi iglesia, aprobaría lo que estoy haciendo y lo que hace mi congregación? y desde aquel momento se propuso ser más fiel obrero.
Queridos hermanos: ...Estará Cristo en nuestras iglesias? ...O será alguna vez tan solo un visitante no bienvenido? ...Si El viniese hoy, qué porcentaje de su mensaje hallaría en nuestras prédicas? Y por último: Es usted uno de los pastores, (al igual que el de la historia anterior), que piensan que la iglesia es suya, cuando en realidad lo es de Cristo?
Dios les bendiga.