Por el Pastor Francisco Arias
En el año de 1992 en la candidatura a la Presidencia de los Estados Unidos de Norte América, hubo un candidato de Texas que gastó más de $100.000.000 (cien millones) de dólares en su campaña presidencial. Muchísimo dinero!!
A cambio de qué? ya que el salario de un Presidente consta de algunos $800,000 dólares por los 4 años de su mandato...
La respuesta es muy sencilla: La ambición al poder.
La Biblia nos dice en Marcos 10:37 que Jacobo y Juan eran ambiciosos; ellos anhelaban tener un lugar de superioridad sobre sus compañeros. Los otros apóstoles reaccionaron con enojo, porque nadie quería ser el menor.
Esa misma tendencia de anidar pensamientos de grandeza hace que muchas personas estén dispuestas a hacer cualquier cosa por tener un puesto, un título, estar a la cabeza como líder.
Jesús dijo:
" Los gobernantes de las naciones se enseñorean de ellas y sus grandes ejercen sobre ellas potestad, pero no será así entre vosotros, sino que el que quiera hacerse grande entre vosotros, será vuestro servidor" Marcos 10:43
Es tiempo de que hagamos una pausa para reflexionar y aprendamos de aquellos que de verdad fueron grandes como Juan el Bautista; que en los momentos que él poseía buena reputación y miles estaban dispuestos a llamarle "maestro" y seguirle, no titubeó para decir:
" Es necesario que yo mengue, para que El crezca"
Hoy en día es difícil encontrar sievos que quieran ocupar segundos lugares. Todos queremos ser protagonistas. Nos evitaríamos celos, resentimientos, frustraciones, si reconociéramos que la honra, gloria, el poder y la alabanza pertenecen a nuestro Dios.
" No a nosotros, oh Jehová, no a nosotros, sino a tu nombre da gloria" Salmo 115:1
Dios les bendiga!